Por Fausto Triana
Madrid, 23 abr (Prensa Latina) Hace cerca de 14 años, Sudáfrica aparecía de cierta forma en el prodigioso universo de Pablo Picasso. Se daba en París, a partir de una presentación del Cuarteto de la Paz que ofrecía un concierto homenaje justamente a cuatro premios Nobel de la nación arcoíris.
Entonces me explicaba David Juritz, primer solista de violín, que la idea tenía un sentido muy preciso: hacerlo en el número 7 de la Rue des Grands-Augustins de la Ciudad de la Luz, donde Picasso concibió el Guernica de mayo a junio de 1937.
«Es un honor estar aquí, donde vivió el maestro (de 1936 a 1955), y recordar así a Nelson Mandela, a Albert John Luthuli, al reverendo Desmond Tutu y al expresidente Frederik de Klerk, nuestros ganadores del Nobel de la Paz», comentó a Cuarta Pared Juritz.
Un cuadro como el Guernica es la mejor respuesta a la ignominia de las guerras, la violencia y la injusticia social, añadió.
Para llegar a su iconoclasta pieza, el artista malagueño diseñó primero 42 bocetos, con su impronta cubista en una aproximación sobre los horrores de la guerra y el impacto del bombardeo nazi a la población del País Vasco. Sin embargo, el propio autor se manifestó siempre reacio a dar una explicación sobre el significado de la obra, un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones: 3,50 x 7,80 metros.
ANDADURAS
Para las grandes masas, este es sin dudas su trabajo más famoso y una suerte de símbolo mundial en favor de la paz. El original reposa en el Museo Reina de Sofía de Madrid, pero antes de llegar aquí el 10 de septiembre de 1981, tuvo una larga y compleja andadura.
El documental Guernica, el último exiliado, un exquisito cortometraje de 19 minutos de Guillermo Logar, revela anécdotas, emociones y tropiezos que debieron enfrentarpara lograr que el emblemático lienzo tocara por fin suelo español el 10 de septiembre de 1981.
Alvaro Martínez-Novillo, uno de los protagonistas de un capítulo poco divulgado de las negociaciones, incidencias políticas y avatares para traer a España el monumental cuadro, relató a Cuarta Pared que el proceso con el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York fue mucho más complejo de lo que se conoce.
La primera gran resistencia a vencer fue la de Conchita Ruíz Picasso (Maya), con muchos remilgos en torno a la transparencia democrática de España en aquellos tiempos. La fue a visitar Javier Tusell, con una carta de Adolfo Suárez, entonces presidente del Gobierno, y aun así pidió más garantías, comentó Martínez-Novillo.
Maya era la segunda hija del pintor y quería cerciorarse de que los deseos de su padre, que Guernica volviera a una España sin el dictador y plena en democracia, se cumplieran absolutamente, una condición también del MoMa, añadió.
Además, Picasso debió ser convencido por su abogado, el francés Roland Dumas, de cambiar el término por «libertades democráticas» para no chocar con un país monárquico.
Ya en Nueva York, Martínez-Novillo -en misión secreta según instrucciones del Gobierno- disfrutó con emoción cómo se descolgaba el cuadro del MoMA y se enrollaba en una cubierta especial antes de ser embalado, junto a unos 70 bocetos que lo acompañaban, dispuestos en cinco cajas.
Se trasladó en un vuelo comercial de Iberia, sin que la mayoría de los pasajeros y hasta tripulantes supieran lo transportaban, y al llegar a Madrid se escoltó hasta el Casón del Buen Retiro, donde estuvo 11 años, protegido por una urna de cristal antibalas y por la Guardia Civil, destacó.
50 AÑOS SIN PICASSO
Cincuenta años sin Pablo Picasso y cientos de miles de imágenes revolotean en la actualidad en el imaginario de la pintura universal, en la ausencia del maestro del cubismo.
Su muerte, ocurrida en Mougins (sureste francés) el 8 de abril de 1973, fue la razón que unió a las autoridades y expertos de España y Francia para colocarlo durante más de 12 meses en el protagonismo que merece.
El Picasso de su natal Málaga, de los museos Reina Sofía y Del Prado de Madrid; de Barcelona y París; el MoMa de Nueva York; el Gunggenheim de Bilbao; de Antibes, Francia (…), todos estos y muchos más rendidos ante el enorme legado del artista malagueño.
Aunque los mayores reconocimientos están en la pintura, tuvo asomos descollantes en la escultura, la fotografía, el cine documental y los cómics, entre otras facetas.
De nombre extenso y castizo, Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso fue precursor y luego maestro del cubismo desde Las señoritas de Avignon hasta su descomunal Guernica.
Nacido en Málaga, Andalucía, el 25 de octubre de 1881, su trascendencia es tal que en el año 2008 tres prestigiosos escenarios de París, el Museo del Louvre, el Orsay y el Grand Palais, acogieron significativas exposiciones bautizadas con el nombre de Picasso y los maestros.
Hubo que extenderlas a casi tres meses y permanecer abiertas durante 24 horas diarias en el Grand Palais, donde se podían contemplar pinturas como La maja desnuda, de Goya, o el Autorretrato, del Greco. En la Plaza de la Merced de Málaga se encuentra el Museo Casa Natal Picasso, donde se realizan jornadas de puertas abiertas al hogar de la infancia del autor de Chica frente a un espejo, El sueño, La mujer que llora, La vie (La vida), Retrato de Dora Maar(…).
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)